Puntos focales en jardines, borduras altas, acompañamientos florales en canteros, jardines de estilo silvestre, patios o terrazas con espacio para crecimiento vertical. Muy apreciada por su floración vibrante y por atraer colibríes de manera natural.
Luz: pleno sol a semisombra ligera.
En condiciones de semisombra puede florecer menos que a pleno sol, pero aún así se adapta bien si recibe buena luminosidad general.
No es apta para interiores ni para espacios con sombra profunda.
Colores disponibles: flores de color azul intenso o violeta, según la variedad.
Época de floración: desde primavera hasta el otoño, con picos de floración en los meses más cálidos.
Duración de la floración: prolongada durante toda la temporada cálida, especialmente si se eliminan las flores marchitas con regularidad.
En suelo puede alcanzar entre 1,2 y 1,5 metros de altura, con expansión lateral mediante rizomas.
En maceta de 3 lts su tamaño será más contenido, ideal para espacios reducidos, aunque conserva su porte vertical y floración abundante.
Requiere espacio para crecer libremente en altura y buena ventilación entre ramas.
Dificultad: moderado.
Riego: mantener el sustrato ligeramente húmedo, evitando el encharcamiento. En verano requiere riegos más frecuentes.
Fertilización: incorporar compost o abono orgánico en primavera, y reforzar con fertilizante balanceado a mediados del verano.
Temperatura: tolera climas templados; no soporta heladas intensas. En zonas frías, proteger en invierno o cultivar en contenedores móviles.
Poda: recortar después de la floración principal para estimular nuevos brotes. Eliminar las flores secas favorece floraciones continuas.
Drenaje: fundamental un sustrato bien aireado que permita un drenaje eficiente para evitar pudrición de raíces.
Floración prolongada con tonos intensos que aportan contraste y color al jardín.
Muy atractiva para polinizadores como abejas, mariposas y, especialmente, colibríes.
Planta vigorosa, con buen desarrollo en macetas y bajo mantenimiento una vez establecida.
Salvia guaranítica es una especie originaria del sur de Sudamérica y es conocida comúnmente como “salvia azul”. Sus hojas, al frotarse, desprenden un aroma suave con notas anisadas. Esta característica, sumada a su resistencia, su valor ecológico y su llamativa floración, la convierte en una elección preferida por muchos jardineros.