Espacios interiores bien iluminados, balcones techados o galerías. Su follaje exótico la hace ideal para decorar estantes altos, rincones colgantes o como parte de composiciones en maceteros suspendidos.
Luz: luz natural brillante, sin sol directo.
Puede adaptarse a interiores con buena luminosidad, evitando exposición prolongada al sol directo.
Apta para espacios protegidos de corrientes de aire y cambios bruscos de temperatura.
Colores disponibles: hojas redondeadas con vetas plateadas y verde intenso, que recuerdan a la piel de una sandía.
Floración: poco relevante ornamentalmente; pequeñas espigas verdes o blancas que aparecen en condiciones óptimas.
Atractivo principal: su follaje llamativo y textura carnosa.
Porte compacto y colgante, ideal para macetas pequeñas o colgantes.
No suele superar los 25–30 cm de altura ni envergadura.
Ideal para espacios reducidos o como planta de acento decorativo.
Dificultad: fácil, ideal para principiantes.
Riego: moderado. Regar cuando el sustrato esté seco al tacto; evitar encharcamientos.
Fertilización: abono líquido balanceado una vez al mes durante primavera y verano.
Temperatura: prefiere ambientes templados entre 18 y 25 °C. Sensible al frío y a temperaturas bajo 10 °C.
Poda: no requiere poda frecuente, solo limpieza de hojas secas o dañadas.
Muy decorativa por su patrón de hojas único.
Apta para interior y de bajo mantenimiento.
Perfecta para espacios reducidos o colgantes.
Contribuye a mejorar el ambiente visual y puede ayudar a mantener la humedad ambiental en espacios cerrados.
La Peperomia argyreia, conocida como “watermelon peperomia”, debe su nombre común al parecido de sus hojas con la cáscara de una sandía. Es originaria de Sudamérica y forma parte de una familia con más de mil especies, muchas de ellas utilizadas como plantas ornamentales por su follaje decorativo.