Maceta de cultivo 3 L | Altura total aproximada: 40–50 cm
Jardines, terrazas, balcones soleados o macetas grandes en patios. Es una planta muy atractiva para quienes buscan atraer mariposas y polinizadores al jardín.
La Asclepia se desarrolla mejor en exteriores soleados, donde reciba al menos 4 a 6 horas de sol directo por día. Tolera bien el calor y puede adaptarse a media sombra si cuenta con buena luminosidad. En regiones frías, se recomienda protegerla durante las heladas o reponerla en primavera, ya que puede comportarse como anual en climas templados.
Riego: mantener el sustrato ligeramente húmedo durante el crecimiento activo. Una vez establecida, tolera breves períodos de sequía.
Temperatura: prefiere temperaturas templadas a cálidas (18–30 °C) y no resiste heladas intensas.
Consejos clave: ubicarla en un sitio aireado para evitar hongos y eliminar flores secas para estimular nuevas floraciones.
La Asclepia (Asclepias curassavica), conocida también como “flor de sangre” o “algodoncillo”, es originaria de América tropical. Produce racimos de pequeñas flores rojas y anaranjadas desde la primavera hasta el otoño, atrayendo mariposas —especialmente la Monarca— y otros insectos benéficos. Puede alcanzar entre 60 y 100 cm de altura en plena temporada.
Favorece la biodiversidad, atrae polinizadores y aporta color al jardín durante gran parte del año. Es una planta rústica, resistente y fácil de mantener, ideal para jardines naturales o macetas soleadas.
La Asclepia es la planta hospedera natural de la mariposa Monarca, que deposita sus huevos sobre sus hojas y cuyas orugas se alimentan exclusivamente de ellas.